mi santo jueves santo y del taytacha




Taytacha Telúrico

El sonido de petardos adelantaba a los peregrinos que acudían a La Catedral, Lunes Santo. La misa de mediodía venía acompasada por cantos quechuas “protégenos Taytacha de los temblores”, cristo indio que entenebrecido por el humo de velas e incensarios, óleos naturales, yacía en el altar aún inerte y doloroso.
La procedencia del cristo negro, se solía adjudicar como regalo del Rey Carlos VI, recientes estudios demuestran que la imagen se hizo en maguey y le fue aplicada la técnica cuzqueña “t’eqte”.
Hace ya 358 años que el Patrono sale por las calles del Cusco, desde marzo de 1650, cuando un terremoto asoló la ciudad. Ahí mismito que la gente sacó a la imagen en procesión, la tierra dejo de temblar. Luego fue colocada en la puerta de La Catedral; mirando hacia la ciudad para aplacar las replicas. Por eso fue bautizado como El Señor de los Temblores.
El recorrido de la romería dio inicio a las 2.30pm, con la salida del templo. Una mujer quebraba en el llanto al verle y ofrendábale pétalos de ñucchu aferrada a uno de los pilares.
Avanzaba el cristo moreno bordeando los arcos de la Plaza de Armas, en hombros de distintas congregaciones laicas y religiosas, ingresaría a Plateros. Habrá un descanso en el templo de Santa Teresa, para luego continuar por siete cuartones hasta la calle Teatro. Luego a la plaza San Francisco para la primera bendición bajo una Luna casi llena y en plena tarde.
Seguirá por Marquez, para ingresar a la plaza Espinar. Habrá un nuevo receso y cambio de sudario en la iglesia de La Merced. Desde los balcones, ataviados con alfombras doradas y plateadas, llueven pétalos colorados. Finalmente regresaría a la Plaza Mayor ahora vuelta marabunta, de donde era imposible escapar.
La bendición principal se llevó a cabo a las 7:45, desde el atrio de La Catedral, donde el cristo negro inclinaría su rostro, ello seguido del incesante tañir de la Maria Angola y otras campanas, las sirenas de los bomberos, y del éxtasis de sus oficiantes, quienes se hincaban ante Él.
Todo terminaría entre aplausos y un estrecho cordón policial que custodiaba la puerta, para otros en San Francisco, entre mazamorras y arroz zambito.

1 comentario:

CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

los dioses se propagan a través de las imágenes, y así sobreviven ciclos de tiempos desde no sabemos cuánto tiempo... por otro lado, me gustaría estar pa' tu santo (o diablo) y leer tus poemas... se nota que sabes cómo celebrar