ese febrero de carnavales





llegué a cusco semanas antes de carnavales. cuando cuzco te atrapa no te suelta. ese magnetismo irradiado por las dioritas verdosas y azuladas recién lavadas por las lluvias como la visión de una mujer salida de la ducha, los poros abiertos de sus calles me mantuvieron en un insomnio constante. afligidos, amargura, ataúd, 7 diablitos y en especial la resbaloza, cómo no saborear y ser feliz caminando por ellas, simplemente caminando por ellas.

de mis memorias, que extenderé cuando por fin pueda sentarme frente a la página en blanco:

la presentación de manchitas en la casa de la cultura solidaria qosqo wasinchis.

me la refrescan algunas de estas fotos.

Con Arbusto Carrasco -diseñador y autor de todos los textos del pasto y verde, incluido un barco de palabras pegado hasta en la combi de la línea el Batman, y con quien luego emprenderíamos el proyecto Anticuario en cuzco, pese a la precariedad y la poca seriedad de las imprentas, sin hablar del desierto editorial- llegábamos tarde. no por hacer la parada habitual en un bar de la ciudad y estando en cuzco, sería lo obligatorio tomar unas chichitas en los 4 suyos, la manuela para los feligreses y para darnos suerte derramar libaciones a la pacha. llegábamos tarde, por piratearme un día sábado, las copiadoras frente a la universidad abad imprimían con el toner bajo, buscar una hasta conseguir una casera. luego, buscar un lugar para la refilada de los bordes, la imprenta más cercana cerrada, encima allí era el único lugar con una grapadora que se adecuaba a nuestras necesidades. en fin, correr al centro casi todas las imprentas cerradas, nos paseaban de un lugar a otro, doblar los interiores, conseguimos el refilado pero más caro, ya era la hora, nos faltaban las grapas, una librería, unas ligas amarillas y listo. 8:15 casi una hora tarde. escaseaba el público, jimmy vera hacía lo que podía tocando alguno de sus temas, mientras llegaba la gente que sí estaba en la manuela bebiendo chicha con ayrampo, soportando las malcriadeces de la manuela, hay una mosca en mi chicha, se acerca y ella y la saca con un dedo-

ni hablar. el maestro de ceremonias era el piwi, a quien lo volví a ver luego de 5 años y a quien no reconocí a primera vista en san blas, quien luego me hizo una caricatura, otro día lo veríamos desparramado bajo la lluvia y otra madrugada más, iríamos de nigth club de nigth club, una cuadra interminable de luces azules cerca al aeropuerto.

luego jimmy leería este texto que más abajo adjunto. a él me lo topé compartiendo una banca en la plaza de armas, frente a la fuente de neptuno, esperabamos a una poeta cuzqueña demasiado tardona y a quien yo nunca había visto, él la conocía desde hace tiempo. a jimmy lo conocí en un bar de santa catalina la estrecha, bebiendo gin con gin junto con lena, era cumple de otro poeta, del braulio.

la mezcla del skan limeño y el gin cuzqueño derribó a jimmy sobre la mesa, echándonos caña a todos los contertulios. otra imagen es saliendo del la casa de jimmy en la calle pavitos, enrumbandonos hasta el cementerio de la almudena, cruzando el portón de piedra y buscando la tumba de un poeta limeño sepultado allí. el campo santo, domingo de ramos. en una tumba se veía en miniatura una maquina de escribir.

luego de recital... al inkarria, a beber algunas botellas del trago del alma de 12 plantas y de color rojo jarabe para la tos, allí me encontré con willny dávalos y una mancha enterada del recital, allí empezó la verdadera tertulia, el paiba y los paibas. esa misma noche era la fiesta del patrón san blas... cumbia del grupo celeste, destellos, la gente orinando detrás de la iglesia, cajas cajas de chela. nuestra mancha ocupaba el medio de la plazuela y la cañita giraba al rededor de nosotros.

tantas cosas que recordar, dejo muchos detalles, será para la próxima.

que bueno es vivir así, bebiendo y sin trabajar....




El SoL tIeNe UnA pArTe CeNtRaL oScUrA
Jimmy Vera Flores – Escritor

Manchas Solares, un poemario de Diego Lazarte, que nos invita a pensar que hasta la mayor luminiscencia tiene manchas, partes obscuras por su combustión o exceso, “Mis oscuros pensamientos / Alimentan un sol / Que ha crecido obscenamente / Que ha brillado por su insanía”.
Todas las palabras son metáforas, nos decía Goumont, en el caso de Diego éstas vienen de dos fuentes o temas articuladores: la mar y los sueños.
La concepción femenina del mar nos recuerda que viene a ser una diosa, la versión líquida de la pachamama, dios-mar-hembra, fuente de vida que los pescadores la llaman así “a la noche la escucharás como yo / como el palpitante pecho de una joven que es la mar”.
Los sueños vienen de una manera gráfica, casi psicológica que son las 10 láminas del test de Rosharsh, entonces el resultado es un mar de sueños… o sueños referidos al mar.
Las metáforas han distinguido los diferentes episodios literarios, el renacimiento, por ejemplo, buscó sus fuentes en la antigüedad grecorromana, el naturalismo en la ciencia, el futurismo en la mecánica, Diego se acerca al surrealismo que rescata la vida onírica y las psicopatías.
A diferencia de la narrativa, que es mitómana, la poesía busca encontrar algo único, el fundamento propio, el significado de nosotros mismos, lo único necesario para la existencia, el “uno”. De allí su valor metafísico, místico, surreal de momentos: “una bahía oculta donde nada una manta luminosa / que a veces se confunde con mi corazón. / Habrá un espacio, un lugar alto donde crece un árbol voluminoso / y un lugar bajo, a los pies / donde una mujer gusta pisar de mis hojas secas” (las negritas son mías)
En Los Grillos plasma el clásico tema erotismo – muerte, la seducción de la luz que conduce hasta la muerte a los ingenuos ortópteros “si pienso en la muerte / enciendo luces irresistibles para los insectos”.
Qué más podemos decir sino palabras juntas, la poesía es lo que los poemas intentan alcanzar… la metáfora es la sutileza de la poesía… sólo la metáfora da eternidad al estilo… el hombre es el estilo… sólo nos queda leer, las interpretaciones vienen ese momento, y a veces no tienen palabras.

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